Desde el martes pasado, estamos reunidos en la Plaza del Palillero, un espacio abierto a todas las personas, animales y vegetales que quieran participar en la construcción de un nuevo mundo donde cada un@ pueda expresar sus pensamientos y decisiones y estas sean escuchadas y tenidas en cuenta.
Durante la concentración permanente en Cádiz, queda demostrado, que de forma participativa, asamblearia y pacífica, basándonos en el respeto, el apoyo mutuo y el trabajo colectivo, la democracia real es posible.
Este movimiento sigue expandiéndose cada día más, gracias a toda la gente que participa de él de cualquiera de las maneras, y sus victorias dependen de la unión de nuestras capacidades y experiencias, por eso, ni estamos cansados ni tenemos miedo.
Hemos recuperado las plazas, para que en ellas vuelva a resurgir la democracia y haya un cambio de conciencia común, que ya no tiene vuelta atrás.
El movimiento que está surgiendo es la consecuencia de la ilusión, el esfuerzo y la implicación de nuestros ancestros, con quienes nos vamos a dar un paseo reflexivo gaditano, pues no hay mejor forma de reflexionar, que hacerlo caminando y en buena compañía.
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